domingo, 6 de agosto de 2006

Historia de Charo 2















Durante el paseo de la tarde, a Charo le gustaba subir al cerro
que había al oeste de la finca. Desde allí podía ver ponerse el sol y, sobre todo, esa superficie lisa y brillante que estaba detrás del bosque y las montañas. Charo se preguntaba qué podía ser aquello, porque los árboles los conocía y las piedras también, pero de aquello otro no tenía la más mínima idea. Todos nosotros sabemos de sobra que se trata del mar, pero para una vaca no es tan fácil, incluso para una tan sensible y lista como Charo. Ella sabía perfectamente lo que era el agua, pero el agua de beber, el agua de cerca. Desde lejos el agua se ve muy distinta, tan distinta que si alguien le hubiera dicho a Charo que aquello era agua, no le hubiera creído en absoluto.

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