

Me sigue fascinando la estampación, sus posibilidades y sus accidentes. Una de las formas más asequibles es quizá la de estampar con plantillas de cartulina recortadas. Así está hecho este robot, y después estampado a mano (cuchara) en papel Ingres. La calidad de los colores también hace mucho; esta vez he comprado los de Schmincke. Son fantásticos.
La intención es aplicar la idea en clase con alumnos de sexto grado, que están trabajando con la representación del cuerpo humano.